viernes, 28 de mayo de 2010

Se merece patearlo en el suelo, así es.

Qué más podría decir, si lo que tuve lo perdí. Y era eso lo único que quería, pero da igual, porque entonces parece que así es mejor, y lo comprendo pero sólo la mitad del tiempo.
Porque la otra mitad es mi mitad soñadora, tonta e idealista y piensa que después de un tiempo todo puede mejorar.
Sé que no, sé que todo fué y ya no volverá a ser, y no deja de parecerme injusto, y no dejo de sentirme estúpida.
Y lo peor es que dá igual, pues soy sólo yo la que se preocupa y soy sólo yo la que perdera lágrimas de nuevo esta noche y mientras él sigue con su vida como si nada hubiera pasado, sin siquiera preocuparse de todo el dolor que pueda causar. Total, siempre va a ser igual, pase acá o pase en Japón, y eso es lo malo de querer, y eso es lo malo de amar, y eso es lo horrible de no ser correspondido.

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