lunes, 20 de diciembre de 2010

La historia de mis noches.

Miro a la ventana y veo la luna moverse, con una sensación de incomodidad inmensa.
Me siento frágil, como si las frazadas pudieran quebrarme, y honestamente, creo que pueden.
5 ó 6 veces mirarme al espejo para encontrar un rostro sin siquiera ojeras, como si dormir no fuera necesario.
Percibo en mi mirada el temor de que sea lo mismo, lo que me tiene así y tal vez deba borrarlo.
Puede que sean otras cosas...
O puede que mis rodillas se doblen sólo por falta de sueño. Dos de la mañana y todo va bien.
No hay bostezos ni párpados pesados.
La luz me calma pero no puede estar toda la noche encendida.

8 ó 10 años, hasta las 4 de la mañana tratando de dormir, y llorando cada noche por no poder hacerlo.
La diferencia es que los motivos eran claros, tenía miedo de despertar y no tener amigos, estar sola.
Tal vez puede ser ese temor, tal vez.
Entonces espero que las cosas tengan solución, porque sé que es miedo y algo de estrés. Siguen corriendo los minutos y mi cuerpo cansado siente el peso de mis mantas como si fuera una pared avalanzandose y hundiéndome en el colchón.
Mis piernas no resisten y me piden dormir, pero el resto de mi cuerpo sigue vital aún, y yo no puedo luchar contra eso.
Cierro mis ojos un rato & aún con luz me siento prisionera de lo que denominaré "Mis Pesares".
Mi cama conspira en mi contra y se convierte en mi celda nocturna, la traidora.
Aún no me decido a apagar la luz por miedo a represalias de mi insomnio.
Mis piernas cada vez más indebles y mis rodillas enterradas en el colchón.
Y la luna ya se movió... De nuevo.
& si mis papás notan que no concibo el sueño? Vendrán a por mi mente & no quiero eso, pues para mí nada es claro.

03:54
Cierro los ojos e itento convencerme, y me comienza un molestoso escalofrío. El problema comienza al cerrar los ojos. La maldita sensación sube a mis caderas.
Me saca de quicio.

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